Hoy en día todo va muy rápido y cada día que pasa, sentimos más presión para ofrecer respuestas rápidas y al momento. Los que trabajan en Hostelería o Restauración saben de lo que hablamos. No solo la naturaleza de la operación depende de los picos de servicio, con la necesidad de atender a muchas personas en un corto período de tiempo, sino que la reciente recuperación del mercado a niveles previos a la pandemia ha traído el desafío de los recursos, que fueron desviados en el periodo de pandemia a la actuación de otras áreas, insisten en tardar mucho en volver al canal Horeca.
De esta forma, los operadores de restauración y hostelería se enfrentan a grandes dificultades para cumplir los requisitos de higiene y desinfección que necesitan los establecimientos, debido a la falta de personal.
Por esta razón, existe una necesidad imperiosa de simplificar los procesos, buscando soluciones simples, fáciles y sobre todo rápidas pero efectivas.
El uso de toallitas para la limpieza de superficies es una solución ideal para cualquier persona que quiera garantizar la seguridad de sus clientes y cumplir con los requisitos legales con la menor interrupción de la operación. De forma muy rápida y cómoda se pueden realizar limpiezas intermedias entre clientes o la limpieza de superficies de contacto frecuente para minimizar la contaminación cruzada, así como la limpieza de equipos y superficies en general.
Limpiar con una toallita elimina la suciedad y no requiere aclarado, lo que ahorras tiempo. Además, no tienes que preocuparte por lavar las bayetas de limpieza, simplemente puedes tirar la toallita y usar una nueva para la próxima limpieza, lo que simplifica enormemente la operación.
También tiene la ventaja de reducir el llamado “error del operador”. Si su operador está bajo presión, se le acaba el tiempo y está limpiando con una bayeta para limpiar, es muy probable que no realice la limpieza obligatoria de la bayeta entre las superficies, lo que podría convertir la operación de limpieza en sí misma en una operación de contaminación, transportando la suciedad de una superficie a otra. Con el uso de toallitas limpiadoras esto no sucede, pues aun luchando contra el tiempo, la recolección de una nueva toallita se realiza en menos de un segundo.
Si las toallitas ahorran tiempo y facilitan mucho la operación, ¿significa esto que solo debemos usar toallitas para limpiar toda la instalación? Como puedes imaginar, la respuesta es no. En primer lugar, porque hay zonas en las que el método de limpieza no es acorde con la limpieza con toallitas, como, por ejemplo, suelos que requieren limpieza con fregona, luego, porque hay zonas que necesitan productos específicos para conseguir un buen resultado de limpieza, como es el caso de los productos desengrasantes o desinfectantes; y finalmente, porque es obligación de todos asegurar métodos de limpieza sostenibles que promuevan una limpieza consciente con el menor impacto ambiental posible. El uso masivo de toallitas y el descarte constante de las mismas para uso común no es responsable, y nos pone en un dilema entre la necesidad de simplificar procesos y un futuro sostenible.
Sin embargo, no tiene por qué ser una cosa o la otra. Ambos pueden coincidir con toallitas biodegradables, que debemos utilizar, en las zonas indicadas para ello, tras realizar un estudio de todas las necesidades, identificando métodos de limpieza y productos adecuados.
Ahora, si esa es tu elección, asegúrate de comprender los criterios de biodegradabilidad y de saber cómo elegir una toallita que realmente cumpla con los criterios establecidos.
Veamos algunos conceptos importantes:
El concepto de biodegradabilidad de los materiales se rige por la norma europea EN 13432 que se desarrolló para determinar la compostabilidad y la procesabilidad anaeróbica de los materiales. Los materiales de base biológica se utilizan cada vez más en aplicaciones de un solo uso (desechables), que proporcionan una menor huella de carbono y tienen una materia prima ilimitada, cerrando el ciclo del carbono que ya existe en la naturaleza. La ventaja de usar toallitas de viscosa es que cumplen los criterios de biodegradación y desintegración, incluidos los procesos de tratamiento biológico y la calidad del compuesto. En particular, la norma EN 13432 exige la biodegradabilidad de al menos el 90% de los materiales en condiciones de compostaje industrial, en un plazo de 6 meses.
Si un material se anuncia como 100 % biodegradable, se entiende que lo es, generando compost (biomasa) y agua en un plazo de 6 meses. Si el compost alcanza el 100 % de biodegradabilidad pero necesita más de 6 meses, entonces no es 100 % biodegradable. Tendrá que ser tan biodegradable como el porcentaje que consiga alcanzar en el plazo regulado de 6 meses. Pero recuerda, tiene que estar por encima del 90 % o ni siquiera se considerará biodegradable. ¿Confundido? Simplificamos. En la práctica, ambas condiciones deben cumplirse simultáneamente.
- Más del 90 % biodegradable
- Hasta 6 meses
Es decir, el compost debe ser entre un 90 % y un 100 % biodegradable en 6 meses.
Las afirmaciones de "100 % biodegradable después de un año" o "80 % biodegradable" no son fiables a la luz de los requisitos de la norma.
Hay que decir que las normas EN no tienen carácter legal pero son elementos de rigor reconocidos dentro de la Unión Europea y que la mayoría de organismos estatales utilizan como estándar y referencia para evaluar la calidad de los productos y servicios, y para establecer su ranking de calificación.
La adhesión a las normas EN es voluntaria por parte de las empresas y es un indicio de que las empresas quieren dar credibilidad a las afirmaciones que pasan al mercado y dar a los operadores la tranquilidad de saber que realmente tienen un producto de calidad.
Entonces, la próxima vez que use sus Cif Pro Formula Toallitas Multiusos Biodegradables, hágalo con la confianza de alguien que usa toallitas 100 % biodegradables. Simplifica tus operaciones de limpieza, garantiza el cumplimiento de los procesos necesarios y cuida el futuro del medio ambiente.
